lunes, 16 de abril de 2007

El chocolate de la Luz

“Siete monjes colombianos permiten que no se pierda la Orden de la Luz” (pag. 4 de LA OPINION DE 19-III-07). Bienvenidos sean porque darán vida a un lugar que estaba prácticamente abandonado, desde que hace dos años murió el último fraile del Eremiritorio de la Luz, el hermano Manuel del Santísimo Sacramento. Este paraje era una etapa obligada en la romerías al Santuario de la Fuensanta de primavera y septiembre que algunos prolongaban, y supongo que lo seguirán haciendo, con el itinerario Murcia-Algezares-La Fuensanta-La Luz-El Valle-La Alberca –Murcia. La mala noticia es que no van a fabricar chocolate que era una de las señas de identidad del convento.

”El dios bondadoso de los aztecas, Quetzalcoatl, regaló a los hombres el árbol del cacao antes de la expulsión del Paraíso. Con este fruto divino, los hombres lograrían vigor y fuerza. El rey Moctezuma consumía el xocolatl continuamente durante el rito de su comida. Este líquido real se obtenía del haba de cacao, aromatizada con hierbas, vainilla, pimienta y otras especias, como la guindilla, para obtener un líquido espeso, oscuro y espumoso que bebían frío o caliente. Como herencia de los dioses, su valor histórico no tiene precio. Como alimento, y evitando siempre el exceso que hace perjudicial cualquier producto, constituye una reserva de energía en poco peso y espacio. Y como placer, son indiscutibles sus cualidades para aportar satisfacción y hacernos la vida un poco más dulce” (www.lector.net/verago99/chocolat.htm). “El año 1519, Hernán Cortés desembarcó en México y fue entonces cuando se produjo el descubrimiento del chocolate. El almirante y su tripulación bautizaron la semilla del cacao con el nombre de amígdala pecuniaria por su forma y porque los nativos la utilizaban como moneda de cambio, cacahuatl. El chocolate llegó a España el año 1520. Se cuenta que un monje del císter llamado fray Aguilar, que había viajado a México con los conquistadores, envió el cacao y la receta del chocolate al abad del Monasterio de Piedra, en Zaragoza” (“Del cacao al chocolate” en ondasalud.com).

Dado el valor cultural, histórico y nutritivo del chocolate, yo les rogaría a los nuevos inquilinos de La Luz que, cuando hayan normalizado su vida en Murcia, recuperen la fabricación de tan delicioso manjar, aunque con una nueva receta. Parece que la de sus antecesores no era muy buena. Estoy seguro de que en España y en el resto de Europa encontrarán conventos a los que dirigirse en busca de consejo para la elaboración del xocolatl.

Francisco Bernabé Roca 25-III-2.007



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