jueves, 26 de abril de 2007

¿Conjura laicista?

En el artículo "El año que vine si Dios quiere" aparecido en La Opinión de Murcia el 9-I-07, se pregunta Juan Antonio Megías al modo de una celebre columna de la revista satírica Hermano Lobo, editada entre el 72 y el 76, “¿cuándo cesarán los ataques laicistas a la Iglesia Católica?”.
Al hablar de laicistas ¿se refiere el Sr. Megías a un grupo organizado, a una secta, o a espontáneos que no tienen otra cosa mejor que hacer que atacar a un ente religioso y a sus seguidores? Le recuerdo que hace ya muchos siglos que no condenan a los cristianos a ser devorados por las fieras del circo. ¿Vamos a volver a la conspiración judeomasónica?, célebre frase acuñada por la dictadura franquista para hacer frente a cualquier crítica.
No fueron unos supuestos laicistas los que en 1.972 amenazaron a Tarancón con suprimir la financiación al clero español. Fue Carrero Blanco del cristianísimo gobierno de Franco. El almirante esperaba una total adhesión de los curas al régimen porque “eran tratados a cuerpo de rey”.
No fueron unos supuestos laicistas los que en diciembre de 1973 gritaron aquello de “Tarancón al paredón”. Fueron unos jóvenes adictos al cristianísimo gobierno de Franco los que profirieron esos gritos a la salida del funeral de Carrero Blanco. El Arzobispo de Madrid tuvo que salir por la puerta trasera de la iglesia porque veía peligrar su integridad física.
No fueron unos supuestos laicistas los que en febrero del 1974 quisieron expulsar de España a Añoveros, obispo de Bilbao. Fue el cristianísimo gobierno de Franco que tuvo que cejar en su empeño ante la amenaza de excomunión. Quien sabe, dice que el decreto de excomunión estuvo preparado.
Nunca estuvo mejor considerada la Iglesia Católica que con las gobiernos socialistas de la democracia. Además, sin pedir ni esperar contraprestaciones políticas. Respeto mutuo, es lo único que demandan.

Francisco Bernabé Roca 18-I-07

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