viernes, 4 de mayo de 2007

Las bicicletas de Ámsterdam

Muchas personas tienen conocimiento de la frecuencia con la que los holandeses utilizan la bicicleta para sus desplazamientos. En un viaje reciente a Ámsterdam de una duración de seis días, he tenido ocasión de comprobarlo. Las usan para sus recorridos más habituales. Las tienen aparcadas en las calles en cantidades ingentes y muchos las utilizan para ir al trabajo. En más de una ocasión he visto que encima de la rueda delantera han instalado una plataforma de madera para trasladar a los niños pequeños.
La costumbre de utilizar este medio de transporte creo que debe redundar en una mejor salud cardiovascular de los holandeses. Recuerden: “quien mueve las piernas, mueve el corazón”. Otro beneficio derivado de esta práctica, junto a un excelente transporte público hace que, aún siendo Ámsterdam una ciudad de un alto nivel de vida y, por tanto, siendo presumible un gran parque automovilístico, la circulación sea fluida. No he visto ningún atasco en el tiempo que he estado allí. Consecuencia, la contaminación atmosférica debe ser baja, beneficiosa para la salud pulmonar de las personas.
Nuestras autoridades municipales deberían tomar ejemplo. No cabe la excusa de que en Holanda el uso de la bicicleta es una tradición, que lo es. Pero las tradiciones no están establecidas desde la noche de los tiempos; las tradiciones se crean. Las corporaciones municipales no deben lavarse la conciencia estableciendo “el día sin coches” una vez al año, que hemos comprobado que ha sido un rotundo fracaso. Circulación fluida y buen transporte público son dos circunstancias que se retroalimentan, con los beneficiosos resultados que deben tener para la salud física y mental (¿quién no se ha sentido airado en un atasco?) de los habitantes de las ciudades. Póngase manos a la obra los responsables competentes y dótennos de una red suficiente de carriles bici, para que el uso de este vehículo sea eficiente y seguro. Si es necesario, que lo es, habiliten parte de las aceras. ¿No han oído hablar del cambio climático? Ya se ha revelado como una cuestión urgente. De vida o muerte a largo plazo. Ya nadie piensa que son alarmismos de cuatro ecologistas desnortados. Sé que hay otras fuentes de contaminación y que deberán tener los tratamientos específicos adecuados, pero tratemos de resolverlos paulatinamente. ¿Hemos pensado en la gran responsabilidad que tenemos adquirida respecto de las futuras generaciones?

Francisco Bernabé Roca 28-IV-07 Publicado en La Opinión de Murcia, mutilado, el 4-V-04

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