jueves, 25 de marzo de 2010

Quien esté libre de pecado..

Vaya por delante que reconozco los grandes servicios que han prestado y prestan a la humanidad numerosos miembros de la Iglesia Católica, pero eso no puede servir como excusa para ocultar, como ha hecho muchas veces la jerarquía de esta institución, los grandes sufrimientos que se han infringido a muchas personas.
El Papa ha condenado severamente los abusos sexuales que algunos curas irlandeses han cometido con algunos niños de sus diócesis o colegios, olvidando que esas perversiones se han dado también en otros lugares. No siempre han sido servidores del catolicismo los autores de estos delitos. En estos días la prensa nos entera, entre otros casos, de que antiguos alumnos de los Niños Cantores de Viena han denunciado que este tipo de maltratos los sufrieron cuando eran jóvenes. El Jefe del Estado Vaticano, no sé si para minimizar la gravedad de los hechos, ha recordado la cita evangélica de la mujer adúltera a la que quieren lapidar: “quien esté libre de pecado que lance la primera piedra”. Hay que tener gran cuidado con las citas que se emplean, porque pueden tratar de oscurecer la realidad de lo que se está comentando.
El Primado de la iglesia católica irlandesa, cardenal Sean Brady, ante la acusación de falta de diligencia para sancionar debidamente los delitos denunciados, ha dicho que cuando se cometieron no se tenía la misma conciencia de su gravedad que actualmente. Quizá al jerarca le convendría recordar lo que sentenció Jesucristo hace 20 siglos: “hay de aquél que escandalizare a alguno de estos pequeñuelos que creen en mí; más le valiera que le ataran al cuello una piedra de molino y lo tiraran al mar” (Palabra de Dios)

Francisco Bernabé Roca 23-III-70

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