miércoles, 28 de enero de 2009

¿Quién se preocupa?

“Probablemente Dios no existe…” Así comienza el mensaje que una asociación de ateos y agnósticos ha insertado en algunos autobuses de Londres y ahora en Madrid. Continúa con: “Deja de preocuparte…”. De las iglesias británicas no conozco ninguna reacción virulenta, pero en este país tenemos una vez más a la Conferencia Episcopal respondiendo de forma extemporánea, en lugar de tomarlo como la expresión libre de unos ciudadanos en un medio público. Dice Rouco, presidente de la Conferencia, que en la campaña “se insinúa que Dios es una invención de los creyentes que no los deja vivir en paz”. En el colegio donde estudió este señor ¿no se hacían comentarios de texto? porque no ha entendido nada. Cuando alguien dice o escribe alguna frase comenzando, “probablemente…”, reconoce implícitamente otras opciones. ¿Dónde está la ofensa? Porque en el texto ni se descalifica ninguna creencia, ni a nadie por tenerla, ni se habla mal de Dios, ni “trata de arrancar la fe del corazón de los hombres” Para que se retire la campaña, Rouco apela a las autoridades competentes “que deberán tutelar el derecho de libertad religiosa”. Cómo me hubiera gustado oír estas palabras hace cincuenta años en boca de la jerarquía eclesiástica de la época. Afortunadamente, hoy ese derecho está protegido por la Constitución Española

Rouco debe dejar de preocuparse, porque el fragmento “deja de preocuparte y disfruta de la vida” no va dirigido a los creyentes, ni siquiera a los ateos, sino a los que dudan, que lo recibirán como crean conveniente. Debiera tomárselo como lo ha hecho alguna persona: “Yo, con tal que de que el autobús me lleva a casa…”

Me temo que la próxima vez que este señor conozca de algo que no le guste, concitará contra sus autores a todas la jerarquías de ángeles que según la Historia Sagrada que se estudiaba en los años 40 y 50, se contaban por miríadas de miríadas de miríadas–Serafines, Querubines, Tronos, Dominaciones, Virtudes, Potestades, Principados, Arcángeles y Ángeles-con sus flamígeras espadas. Por cierto, ¿se estudian cosas como estas en los textos de Religión Católica?.

Francisco Bernabé Roca 26-I-09
Publicado en la pág. 26 de La Opinión de Murcia de 28-I-09

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