sábado, 31 de julio de 2010

La tala de una palmera

En la pág 14 del suplemento Sinfin de La Opinión del pasado lunes dia 24, la redactora y amiga Gema Panalés Lorca escribe un artículo sobre el picudo rojo, con el titular EL ATILA DE LA REGIÓN, en el que nos describe el bicho y sus fatales consecuencias, y nos recuerda aquello de que “no están todos los que son, sino que son todos lo que están”.Como hace unos meses escribí un texto sobre el mismo asunto y no me fue publicado, lo traigo aquí por si se considera de interés para los habituales de esta sección.
En la Plaza del Beato Andrés Hibernón, situada entre el Campus de la Merced de la Universidad de Murcia y el Mercado de Saavedra Fajardo, había una palmera que el Ayuntamiento ordenó talar hace dos años, de forma inmisericorde a pesar de la protesta de algunas personas . Y lo expreso así porque, aunque la tala estuvo justificada por estar afectada por el picudo rojo, tendría que haber sido sustituida inmediatamente por otra sana. La palmera era tan coracterística de la zona que el lugar era conocido popularmente La plaga que afectó a la palmera y a otras muchas, se debió a la falta de escrúpulos de algunas personas que, a sabiendas o por ignorancia, importaron numerosos ejemplares infestados de países lejanos, quizá atraidas por unos precios muy atracticos. También fueron responsables la Autoridades Fitosanitarias que no vigilaron con la debida diligencia las condiciones en las que llegaban los árboles. Que les pregunten a lo exportadores de pimenton por los exhaustivos controles que en Estados Unidos someten a los productos que adquieren; probablemente tendrían algo que aprender.Sugerencia: en tanto que no se planta en el mismo emplazamiento una nueva palmera, que espero que sea más pronto que tarde, el tronco del arbol se podría utilizar como plataforma, para que los ciudadanos que lo deseen hablen de cualesquiera cuestiónes a las personas que quieran escucharlos.Tenemos un antiguo precedente; en Hyde Park de Londres, es habitual ver espontáneos dirigirse, sin ningún tipo de cortapisas, a la personas que pasan por allí. El Ayuntamiento de Murcia, tras un concurso de ideas, construyó hace algunos años en la Plaza de la Cruz una plataforma con el mismo fin. Duró un suspiro-una mañana- porque se opuso la Curia Catedralicia. “Con la Iglesia hemos topado, amigo Sancho”, dijo Don Quijote
Francisco Bernabé Roca 27-VII-10

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