Cuando a raíz de las caricaturas de Mahoma, alguien dice eso tan antiguo como absurdo, “una cosa es la libertad y otra el libertinaje”, me echo a temblar, porque pareciera que un exceso de la primera llevara a lo segundo. Nuestra historia reciente nos enseña que quien habla de libertinaje, ha querido acotar siempre la libertad de las personas. ¿Quién mide el exceso de libertad? ¿Puede haber un exceso de libertad?¿No habíamos clamado siempre por una sociedad libre sin más límites que los legales?.
Son las personas las merecedoras de respeto y no sus respectivas ideologías, que pueden ser cuestionadas e incluso satirizadas. Es un síntoma de salud social. Lo contrario es sintomático de una sociedad melindrosa y temerosa.
En los países occidentales hay una gran tradición de parodias de tipo político. Primero en el teatro, el cine y en la prensa escrita y después, en la radio y en la televisión. Nadie duda de que es un patrimonio al que no debemos renunciar. ¿Merecen las ideologías religiosas un tratamiento distinto de las políticas?¿Son más importantes aquéllas que éstas?.Que cada cual saque sus propias consecuencias.
Francisco Bernabé Roca 8-III-06
martes, 1 de mayo de 2007
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