sábado, 16 de enero de 2010

La tala de una palmera

En la Plaza del Beato Andrés Hibernón, situada entre el Campus de la Merced de la Universidad de Murcia y el Mercado de Saavedra Fajardo, había una palmera que el Ayuntamiento ordenó talar hace algunos años, de forma inmisericorde. Y lo expreso así porque, aunque la tala estuvo justificada por estar afectada por el picudo rojo, tendría que haber sido sustituida inmediatamente por otra sana. La palmera era tan coracterística de la zona que el lugar era conocido popularmente como “plaza de la palmera”.
La plaga que afectó a la palmera y a otras muchas, se debió a la falta de escrúpulos de algunas personas que, a sabiendas o por ignorancia, importaron numerosos ejemplares infestados, quizá atraidas por unos precios muy atracticos. También fueron responsables la Autoridades Fitosanitarias que no vigilaron con la debida diligencia las condiciones en las que llegaban los árboles. Que les pregunten a lo exportadores de pimenton por los exhaustivos controles que en Estados Unidos someten a los productos que adquiern; probablemente tendrían algo que aprender.
Sugerencia: en tanto que no se planta en el mismo emplazamiento una nueva palmera, que espero que sea más pronto que tarde, el tronco del arbol se podría utilizar como plataforma, para que los ciudadanos que lo deseen hablen de cualquiera cuestiónes a las personas que quieran escucharlos.
Tenemos un antiguo precedente; en Hyde Park de Londres, es habitual ver espontáneos dirigirse, sin ningún tipo de cortapisas, a la personas que pasan por allí. El Ayuntamiento de Murcia, tras un concurso de ideas, construyó hace algunos años en la Plaza de la Cruz una plataforma con el mismo fin. Duró un suspiro-una mañana- porque se opuso la Curia Catedralicia. “Con la Iglesia hemos topado, amigo Sancho”, dijo Don Quijote

Francisco Bernabé Roca
pacobernaberoca.blogspot.com

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