Un cura de un pueblo, al conocer que había muerto el obispo de su Diócesis, mandó un telegrama al Nuncio del Vaticano con el siguiente texto: “Enterado de que ha quedado vacante la sede episcopal por fallecimiento del obispo, interésame ocuparla”. Sin pérdida de tiempo el Nuncio contestó: “Lo creo”
Francisco Bernabé Roca 5-VII-10
Francisco Bernabé Roca 5-VII-10
Publicado en la pág. 15 de La Opinión de Murcia de 10-VII-10, y en la pág. 23 de La Verdad de Murcia de 14-VII-10
1 comentario:
Francisco
esta chevere tu blog... segui posteando.
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fer
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